Archivo de noviembre 2011

A comprar! Que se acaba el mundo…

1 noviembre, 2011

La crisis económica internacional es una de las posibles formas del fin del mundo para la Argentina. O del fin de la Argentina que vive del mundo, que es lo mismo. Debilitado el contexto externo, el Gobierno recurrirá a la heterodoxia de salir del atolladero con más dosis de la misma medicina: expandir el mercado interno (o evitar su retracción) Es casi la única opción en sus manos después de los incumplimientos del pasado y los relatos del presente.

En este plan, es sugestivo que tres de los temas dominantes de la agenda actual coincidan en el efecto no querido (o no declarado) de empujar al consumo.

La inflación, que es arteramente negada por el Gobierno (con esas negaciones que en realidad confirman) es una invitación a comprar ahora lo que mañana quizás resulte inalcanzable: hace que la plata “queme” en las manos. Ni que hablar de la inseguridad, que obliga a pensar y repensar varias veces la peligrosa idea de guardar los ahorros en algún rincón de casa.

Un efecto similar (entre otros, por supuesto) tienen las medidas recientemente anunciadas para el mercado cambiario. Las complicaciones a la operatoria de los pequeños compradores (sólo el 30% de ese mercado, pero mucho más en la torta de televisores y celulares) terminará desmotivando el ahorro en ese refugio seguro que para nuestra mentalidad siempre significó el dólar estadounidense. Cuevas o consumo, he aquí la cuestión.

A no confundir: la suma de habilidades tácticas no redunda en inteligencia estratégica. No se trata, por lo tanto, de una gran idea que vertebre los programas sectoriales en un proyecto de país. Es la viveza criolla en la política. La probada inventiva para salir del paso.

Si decidiéramos extremar el argumento, tendríamos que anotar los beneficios que siempre arroja a los gobiernos de turno una sociedad “en estado de consumo”. Es la fuente de su respaldo social; mitad legítimo, mitad ilegítimo. Es la conocida mixtura entre adhesión consciente y dependencia inconsciente que nos hace comportar como en el último domingo de elecciones. Pero no llegaremos a tanto, porque tal vez sea paranoia.